Hoy
quiero proponerte un juego, un viaje, un sueño. Hoy quiero
proponerte que nos perdamos por las calles de cualquier ciudad, que
nos comamos a besos hasta desgastarnos, que bailemos, gritemos,
cantemos y hagamos el tonto como solo tú y yo sabemos. Porque hoy no
tenemos límites, hoy podemos ser eternos, podemos sentarnos en un
banco a comer pipas mientras vemos a la gente, podemos quedarnos en
medio de la ciudad demostrando cuanto nos queremos y dándoles envidia
a los demás. Podemos correr hasta agotarnos, tirarnos en el césped y
observar que formas tienen las nubes. Podemos hacer locuras hasta que
nos pillen o mejor, hasta que nos cansemos. Podemos ir al cine, da
igual la película, solo importan las palomitas y nuestros besos.
Podemos ir al parque, jugar como críos, encorrernos, saltar,
columpiarnos y acabar en una guerra de cosquillas. Podemos recorrer
cada calle, cada parque, cada bar, cada milímetro de la ciudad,
porque en ese momento no importará el tiempo, ni la gente, ni si
hace sol o si nieva, solo importaremos tú y yo.
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